«llya – BeIIissIm0»

Una gran persona me preguntó por lo que me transmite este video. Voy a ello.

Al ver el video he recordado, o tal vez añorado, una de esas miradas, de las que aún sin saberlo dan un vuelco a la vida.
Algo tan simple, como es intercambiar una mirada, un leve destello en el tiempo, que dé pie a algo tan grande como para removerlo todo.

Ahora bien, al ver el video he detectado un sinfín de pequeñeces que esconden la grandeza de lo que realmente es vivir. Paso a plantear algunas.
El susodicho se encuentra ensimismado en tareas mundanas y de pronto recuerda algo vital que ha olvidado.
Todavía no tiene muy claro el qué pero se lanza de todos modos a la carrera.
Ahora posee un destino, la misión llegar a tiempo, y para ello desata su hiperactividad, sus sentidos se han puesto en marcha y la clarividencia le abre camino.
Entre la supuesta «vida y muerte» de su odisea cruza mirada con alguien, apenas un segundo le basta para romper la invisible barrera del mundo, toma resuello y llama a la puerta.
Por otro lado la incauta que ha osado mirarle, de pronto se topa con el señorito, – toc toc – le propone una idea absurda pero factible, ¿es una locura?;
rompe sus esquemas, pero acaba aceptando (que no cediendo), la locura ha arrastado cualquier duda y la acción toma el control, se ponen en camino, frenéticos, comparten un camino.
De pronto llegan al destino, la acción pasa a un segundo plano, tiene tiempo para reflexionar, se pone a recordar, todavía no cabe en sí de lo que acaba de vivir;
comienzan a asimilarlo con gozo, el señorito comienza a compararlo, comienza a dudar, – ¿qué hago aquí? – pone a prueba a su pareja, ¿espera sentir lo mismo en su mirada?,
la mirada de ella no lo encuentra pero en cambio se topa con su propio símil, él lo ve todo, de pronto la reflexión pasa a un segundo plano, le invade el miedo,
tal vez porque acaba de vivir una escena similar, de pronto sus miradas se cruzan, ¿se rinde?

Destellos que permiten vivir increíbles hazañas con recursos ocultos, de pronto todo vale nada y la nada cobra sentido.