Cito textualmente de www.marca.com :

Pocos en la historia han hecho 300 peleas como profesional, pero ninguno perdió tanto. Peter Buckley, de 39, debutó como profesional en 1989 y se convirtió en un adicto al boxeo, aun cuando casi siempre perdía. 1.734 rounds, 31 victorias, 12 nulos y 256 derrotas adornan su peculiar palmarés. «Me paso todo el tiempo en el gimnasio, así que si me invitan a boxear con sólo dos horas de antelación, digo que sí», comenta. Ahora, se retira con honor.

El 10 de abril de 1989, Peter Buckley empezaba su carrera al más alto nivel con un nulo frente a Alan Baldwin. En su segundo combate, seis días después frente Ronnie Stephenson, perdió por puntos. Luego llegarían seis victorias seguidas, 11 en sus primeros 20 combates, pero la alegría se acabó pronto. Y es que Peter Buckely se convirtió en un adicto al boxeo, y, en cierta forma, a la derrota. «Mis amigos dicen que no me podré retirar, que me ofrecerán pelear más adelante y diré que sí», señala Buckley, de 39 años, uno de los deportistas de resulatdos más infames de la historia. El 31 de octubre dejará el boxeo en su pelea número 300.

El inglés es un prodigio de la derrota, un poema del perder andante. De sus últimos 87 combates, ha sido derrotado en 85 y ha hecho dos nulos (uno de los rivales con los que no perdió, Matin Mohammed, será el último rival de su carrera, quizá con la esperanza de acabar venciendo). No gana desde el 20 de octubre de 2003. A sus 39 años, ha peleado contra 42 futuros campeones británicos, de la Commonwealth, europeos o mundiales. Pero él ni ha olido un título grande, vio como todos le pasaban por la izquierda. Una vez peleó por un título intercontinental de la WBA en Austria, contra Harald Geler. Perdió a los puntos y su oportunidad para ser alguien en el boxeo.

Un obrero de encajar golpes
La Federación Internacional ha hecho pasar a Buckley multitud de controles físicos, pero siempre los superó. Para él, recibir golpes es una rutina. Dice que aparece a pelear dos horas después de que le llamen porque «si llamas a un albañil para que haga un muro, ¿te piede tres semanas para prepararse?». «Mi defensa fue siempre buena. Raramente me hacía mucho daño porque esquivo bien y soy un decente encajador», reconoce Buckley, al que sólo le pararon 10 combates en toda su carrera. Se crió en el dolor del golpe recibido y la derrota constante, pero ganó mucho más de lo que perdió.

Y es que, como reconocía en una entrevista, «el boxeo me ha dado buenas vacaciones, una casa, un coche y mi mujer y mi hija viven bien. Pero no he boxeado por dinero. El boxeo me evitó ir a la cárcel. Mi hermano Johnny, que murió, entraba y salía constantemente de prisión. Dos sobrinos míos cumplen condena. Muchos de mis amigos de infancia también están presos. El boxeo me sirvió para respetar a los demás y para respetarme a mí mismo».

Por muchos golpes recibidos y muchas derrotas coleccionadas, Peter Buckely quizá ganó más que muchos otros que acabaron besando la lona en la vida, aunque triunfasen en un ring de boxeo. 

Fuente : www.marca.com