Científicos producen insectos gigantes al estilo prehistórico

El insecto gigante que sostiene esta mujer en la mano tiene aspecto de ser algún tipo de muñeco de plástico inspirado en la película Jurasic Park … pero no lo es … si eres de esas personas que tiene fobia a los insectos agárrate a la silla porque un grupo de científicos ha pensado que, en lugar de dedicarse a algo práctico como descubrir la cura para el cáncer, era mejor dedicar su esfuerzo en crear … insectos gigantes.

Así es, amigos, la libélula que se ve en la fotografía superior no está trucada digitalmente, sino que es una libélula real de 70cm de largo “gracias” al Dr. John VandenBrooks que.

El truco para conseguir insectos de ese tamaño es aumentar los niveles de oxígeno hasta un 31%, los mismos niveles que se encontraban de forma natural en la Era Paleozoica y que permitían que en esa época existieran insectos así de grandes … si la noticia te parece inquietante y estás cruzando los dedos para que uno de estos bichos que no caben debajo de tu zapatilla se escapen del laboratorio … todavía podrías preocuparte más cuando te enteres de que se alimentan de carne.

Visto en tec.nologia.com

Estudiando gatos caídos desde edificios para verificar su supuesta capacidad de supervivencia

Un poco WTF resulta esta entrada donde explican un trabajo publicado por dos veterinarios en 1987 sobre la caída de gatos desde las alturas. Los científicos querían analizar si los simpáticos felinos realmente tienen la extraordinaria habilidad de «sobrevivir a caídas a gran altura», un superpoder gatuno que el sentido común diría que es bastante aparente.

En total estudiaron las caídas de 132 gatos de edificios de hasta 32 plantas, desde donde se habían desplomado por diversas razones desde diversas alturas y que fueron llevados a su centro médico a lo largo de cinco meses. La gran mayoría habían sobrevivido.

El 90% de los gatos que cayeron desde 2 a 6 pisos de altura sobrevivieron a pesar de las heridas; curiosamente también sobrevivieron el 95% de los que habían caído entre 7 a 32 pisos de altura.

Que a baja altura fenecieran el 10% y desde más altura tan solo el 5% (muchos menos) se atribuyó a los efectos de la velocidad terminal en la caída: una vez el bicho ha acelerado hasta cierto punto, la sensación de aceleración desaparece, el gato se «relaja» y puede adoptar la mejor postura ante el impacto.

La velocidad límite en caída libre de un gato la calcularon en unos 100 kilómetros por hora, la mitad que en un ser humano que salte al vacío, como puede ser el caso de los paracaidistas. Esto es sobre todo porque los gatos son más pequeños y porque adoptan posturas de frenado durante la caída para disminuir la velocidad (a lo mejor que sean peludos también ayuda).

Si alguien tiene curiosidad puede leer el trabajo completo en inglés y ver los tipos de daños que sufrieron los gatos tras los impactos, aunque la mayor parte se curaron para luego sobrevivir, lo puede hacer aquí: High-rise syndrome in cats.

Visto en www.microsiervos.com