Imaginen que en vez de lengua tuviesen un ser vivo en la boca que la hubiese reemplazado. Desagradable, ¿no? Así deben vivir muchos peces payaso que se ven invadidos por el Cymothoa exigua, como ven en esta excelente foto.

¿No lo vieron? Miren mejor, no es su lengua, es un crustáceo que se la ha comido.

Si bien es pesadillezco, el parásito no mata a su víctima. Una vez en su boca, se alimenta de la sangre de la lengua, pero a la vez la va matando hasta que queda atrofiada y el crustáceo en sí termina reemplazándola, sin que esto sea un inconveniente para el pez payaso y su alimentación.

Estos crustáceos son conocidos como sabandija come lenguas, y al parecer es el único parásito que reemplaza por completo el órgano de su huésped.

El C. exigua suele vivir en la costa de California. Puede llegar a medir entre 3 y cuatro centímetros de largo. No entra a su huésped por la boca como cabría imaginar, sino por las branquias. Luego se adosa a la base de la lengua.

Una vez allí utiliza sus garras para extraer sangre de ella, su alimento. A medida que come menos sangre llega a la lengua por lo que se termina atrofiando. Allí es cuando el crustáceo termina adosando su propio cuerpo a los músculos de que antes fuese la lengua.

Luego el pez parasitado puede usar al crustáceo como lengua, ya que puede moverlo con los músculos que le han quedado, por lo que la alimentación del propio pez no se ve afectada para nada. El crustáceo sigue alimentándose de la sangre del pez, pero ahora en menor medida, ya que también se alimentan de su mucosa bucal.

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